TEMA 4. Escenario Económico

Introducción
Otro aspecto del desarrollo sustentable es la economía. Sin economía no hay desarrollo. Pero queda claro que una economía desbocada sin un consenso o control social y sin tomar en cuenta los límites de la naturaleza, se vuelve un desastre. Un desastre para la sociedad y un desastre para la naturaleza. Sólo cuando los tres componentes se equilibran, tenemos un desarrollo verdaderamente sustentable. Recuérdalo: “Tener lo suficiente, siempre, todos”. O si lo prefieres: “Desarrollarnos sin  poner en riesgo las opciones de desarrollo de las generaciones venideras”.
Hoy en día no hay forma de ver la economía si no es en el plano global. Por ello insistiremos en el fenómeno, reciente e intenso, de la globalización observando algunos de los efectos que nos rodean a ti y a mí.
Exploraremos también algunos intentos serios y sistematizados por tener una economía sustentable. Pasaremos revista al concepto del “capitalismo natural” desarrollado por Hawken y otros. Te pediremos que estudies un caso muy específico de una empresa industrial que hace serios intentos por reducir su huella ambiental a cero.
Por último echaremos un vistazo a una estrategia relativamente reciente para fomentar el consumismo. La obsolescencia programada ha llevado a un incremento en el consumo y, por lo tanto, en la extracción de recursos, su desperdicio y la generación de residuos.
Haremos uso de videos, lecturas, conferencias y una película.
Objetivos
Al finalizar la unidad entenderás la importancia de la economía, en particular de la economía globalizada y de cómo esto pone en riesgo el escenario ambiental en el que se ha desarrollado nuestra vida como el escenario de nuestra evolución y como la base de nuestro progreso.
En este video discutimos las relaciones complejas entre economía sociedad y  naturaleza. Míralo con cuidado y toma nota para apoyar las lecturas, ejercicios y videos que te propondremos a continuación

En este video pasamos revista a los costos que la economía globalizada le está pasando al planeta con algunos ejemplos que, aunque locales, seguro podrás encontrar en el lugar donde vives.

Lee con atención el siguiente documento que plasma algunas de las ideas ya expresadas de una manera más completa, lo que te servirá para comprender mejor las interacciones entre la economía, el medio ambiente y la sociedad.

LECTURA GLOBALIZACIÓN

https://drive.google.com/file/d/1KIPklbUppP8tHBsLNNwlETo-Fip0bjhk/view?usp=sharing
Documento: El escenario económico
El escenario económico Dr. Francisco Valdés Perezgasga Desde el punto de vista del ciudadano o de la ciudadana promedio, el comportamiento de la economía es críptico, por decir lo menos. Aparecen crisis financieras, crisis inmobiliarias y devaluaciones por sorpresa y con impactos directos en los bolsillos de todos, en particular de las clases trabajadoras y medias. Obvio es que en cada crisis hay quien se beneficia y aumenta sus fortunas. Desde el punto de vista de la sustentabilidad, es de preocupar que buena parte del modelo económico actual se base en tres patas: la extracción de materias primas a una tasa mayor que la de reposición, es decir, de manera insustentable; el consumismo impulsado por la obsolescencia programada y la propaganda comercial y la generación y disposición desordenada de desechos. Hay una cuarta dimensión que potencia y amplifica las tres patas del modelo económico actual: la globalización.Quizá, como dicen algunos de sus apologistas, la globalización no es el cáncer, pero al menos es el factor de crecimiento tumoral. La globalización a menudo se toma como un sinónimo de un comercio internacional intenso. Este comercio ha prohijado la producción, el comercio y el consumo de bienes materiales en cantidades sin precedente. Esto ha amplificado la huella ecológica de la humanidad. Aunque los economistas y los científicos aún no pueden aquilatar el impacto de la globalización sobre el planeta, hay efectos dañinos que claramente se pueden adjudicar a la globalización. Pasemos revista a algunos de estos efectos de la globalización: El incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero o GEIs. El cambio climático es el problema más serio que enfrenta la humanidad. Es sumamente preocupante pues no se sabe a ciencia cierta sus consecuencias futuras, aún cuando los efectos actuales sean más que evidentes. Aún así, sus causas son bien conocidas. El cambio climático se origina de la excesiva retención de la energía solar en la atmósfera por causa de la presencia de ciertos gases entre los que destacan el bióxido de carbono y el metano. Las emisiones de bióxido de carbono y de metano se deben a la producción industrial, incluida la producción industrial de alimentos, al transporte y a la deforestación. Estas tres actividades existen independientemente de la globalización, pero su intensificación y diseminación durante siglos –y sobre todo en las últimas décadas- responden a una globalización acelerada. La globalización promueve la emisión de gases de efecto invernadero a través del transporte. Las rutas de comercio globales se han multiplicado e intensificado. Las emisiones del transporte terrestre (coches y tractocamiones o trailers) son muy elevadas tanto en estas rutas globales, pero sobre todo, dentro de las fronteras de las naciones. La apertura de algunas regiones, como el espacio Schlegen en Europa donde se han abolido los controles fronterizos, ha traído como consecuencia la intensificación del transporte ferroviario que emite menos bióxido de carbono. Aún con la aparición del transporte combinado en el que los contenedores viajan parte en carretera y parte en tren, el transporte terrestre transnacional es una fuente importante de gases de efecto invernadero. Pero el medio de transporte principal, que ha vuelto un emblema de la globalización en las últimas décadas es el aéreo. Entre 1990 y 2004, según la OCDE, las emisiones de gases de efecto invernadero de la aviación han aumentado en un 86%. La aviación es hoy en día responsable de entre el cuatro y el nueve por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero mientras que el transporte marítimo es responsable de entre el dos y el cuatro por ciento de todos los combustibles fósiles consumidos en el planeta en un año. Tomemos en cuenta los procesos ilógicos desde cualquier óptica como el comercio de carne congelada de cordero entre Nueva Zelanda y nuestro país y el comercio internacional de flores frescas que involucra, en muchos casos, que las flores viajen, digamos desde Colombia o Ecuador, al mercado de subastas en Holanda cerca del aeropuerto de Amsterdam, para luego ser distribuídas a otros países. El 70% del transporte internacional de mercancías hacia la Unión Europea y 95% del comercio hacia los Estados Unidos se hace por mar. Los cambios tecnológicos para mejorar la eficiencia energética del transporte son insuficientes para absorber el impacto ambiental del crecimiento del transporte marítimo que se cifra en un tres por ciento anual. Sin embargo, gran parte del daño ambiental derivado del transporte se debe al incremento del tráfico doméstico. En el caso de la aviación, entre 2005 y 2007, las compañías aéreas de la India ordenaron 500 aviones nuevos de Airbus y Boeing para cubrir la demanda doméstica. En otras palabras, el aumento del tráfico por la globalización no es el único factor de los incrementos del CO2 emitido por el transporte. La globalización promueve indirectamente las emisiones de CO2 por la actividad industrial y el consumo. Así como la Revolución Industrial fue un vector de la globalización, el crecimiento del comercio y las inversiones transfronterizas prohijaron el desarrollo industrial. Esto es una fuente importante de emisión de gases de efecto invernadero como por ejemplo la generación de electricidad que a menudo requiere de combustibles fósiles como el carbón, el combustóleo y el gas. Durante décadas los pioneros de la industrialización –los países desarrollados- fueron los principales contaminadores, responsables de la mayor parte de las emisiones de GEIs. Hoy, los Estados Unidos son responsables del 20% de estas emisiones. Pero el desarrollo acelerado de los países emergentes los ha convertido en grandes contaminadores. Como hemos visto, estos países se están desarrollando gracias a la globalización que impulsó su industrialización a costa del ambiente. Para saciar su sed de energía, China tiene que arrancar una carboeléctrica nueva cada semana. Aún cuando el carbón mineral es barato y abundante, también es el combustible más contaminante por las emisiones de partículas suspendidas y tóxicos como el mercurio, uranio y arsénico. Añadamos la flota de transporte en ese país y una urbanización galopante y entenderemos por qué China es, desde 2007, el más grande emisor de GEIs en el mundo. Sin embargo, también debemos notar que China ha iniciado un programa de energías renovables muy ambicioso. Así y todo, los países emergentes le entran cada vez más al modelo del consumismo alentado por la globalización y serán responsables del aumento en las emisiones de GEIs en los años por venir. La globalización impulsa la deforestación. La deforestación es una causa indirecta pero significativa del efecto invernadero. La tala de árboles reduce la capacidad de los bosques para absorber CO2 y producir oxígeno. Esto se traduce en un aumento equivalente en los volúmenes de CO2 en la atmósfera que se suma al efecto invernadero. Las emisiones por la deforestación representan un 20% del incremento en la concentración de GEIs en la atmósfera. Entre 1990 y 2005, el planeta perdió 3% de sus bosques. Cada día desaparecen en el mundo 200 km2 de bosque, una superficie que representa el doble de la ciudad de París. El ritmo de deforestación que padece México es uno de los más intensos del planeta: de acuerdo con el Instituto de Geografía de la UNAM, cada año perdemos 500 mil hectáreas de bosques y selvas. Eso coloca en riesgo de extinción a una gran variedad de plantas y animales, así como a muchas comunidades que a lo largo de generaciones han encontrado en este ecosistema un medio de vida, a tal grado que han aprendido a aprovecharlo sin destruirlo. Esto también nos coloca como país, en el quinto lugar de deforestación a nivel mundial. La globalización es una aliada del hacha y de la motosierra. La deforestación se da sobre todo por la conversión de los bosques en terrenos agrícolas, especialmente en los países en desarrollo. Tomemos el ejemplo de Brasil. En poco más de cinco lustros, su agricultura se transformó en un sector exportador. Entre 1996 y 2003, sus exportaciones de soya a China pasaron de 15 000 toneladas a 6 millones. Este dinamismo fue a costa de convertir selvas en tierras de cultivo. Como todos los daños al ambiente, sus efectos no sólo los resiente la naturaleza sino también las comunidades, la gente, en particular las poblaciones más vulnerables. Las regiones más pobres son las más afectadas por el calentamiento global. En un mediano plazo, la ONU no descarta un incremento explosivo de la pobreza por culpa de la desertificación y la escasez de agua. Para 2060 la sequía podría destruir noventa millones de hectáreas en el África subsahariana. Mil ochocientos millones de personas en el mundo podrían carecer de agua en los siguientes setenta años. Las regiones con mayor riesgo son Asia Central, el norte de China y los Andes. El calentamiento global es una de las causas por las que se está elevando el número de desastres naturales tales como huracanes, tormentas, inundaciones, sequías y grandes incendios forestales. Aproximadamente 262 millones de personas han sido víctimas de algún tipo de desastre natural entre los años 2000 y 2004. Sumémosle a esto que entre el 20% y el 30% de todas las especies podrían extinguirse si la temperatura promedio del planeta sube 3 °C y queda claro que la actividad humana en los dos últimos siglos dejará una marca indeleble en los ecosistemas del mundo. La erosión de la biodiversidad Un gran número de especies se han extinguido en las últimas décadas. Las actividades humanas, particularmente la industria, por la contaminación de los ecosistemas, el desparramamiento urbano, la agricultura y la minería, que desplazan ciertas especies, no son por sí mismas resultado de la globalización. Pero la globalización lleva implícita la multiplicación de los canales de distribución lo cual crea nuevas necesidades y nuevas demandas de los productos. La globalización intensifica la industrialización y la ampliación de la explotación de la tierra, el subsuelo y los recursos, y eso daña y debilita a muchos ecosistemas. La sobrepesca ha extirpado a algunas especies de los océanos. Las poblaciones de bacalao del Atlántico, que solía ser una de las especies más abundantes en las aguas canadienses, se colapsaron en los setentas por la sobrepesca impulsada por una demanda global. El atún de aleta azul del Mediterráneo siguió la misma suerte al subir su popularidad como delicadeza culinaria en Japón. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), organización que mantiene la infame lista roja de especies desaparecidas o en peligro de extinción, avisa que el 22% de los mamíferos del mundo están amenazados con la extinción, al igual que el 24% de las especies de víboras y serpientes, el 31% de los anfibios y el 35% de las aves. La flora también está en riesgo. Los reducidos costos de las comunicaciones y los mercados internacionales abiertos han puesto a disposición de los consumidores de los países ricos algunas materias primas exóticas y productos agrícolas de todo el mundo. Esta demanda creciente acentuó la presión sobre ciertas plantas. Tomemos de ejemplo la isla de Borneo. El gusto por los muebles y utensilios de maderas exóticas han llevado a cierto tipo de árboles, como la teka, a la lista de especies amenazadas. El creciente uso del aceite de palma en incontables productos alimenticios y la demanda de papel han puesto una presión aún mayor sobre las selvas de Borneo al impulsar el cambio de uso de suelo de selva a grandes plantaciones de palma aceitera y eucalipto. Se ha perdido más selva en el Pacífico del Sur y en el sur de Asia en los últimos quince años que en el resto del mundo. Las selvas y bosques de América Latina y del África subsahariana también están siendo devastados. Como todos los desastres ambientales, la pérdida de biodiversidad también tiene un costo económico. Por ejemplo, la disminución en las poblaciones de los polinizadores conlleva una caída de la producción agrícola. Sin bosques en sus cuencas, las ciudades deben invertir más en la potabilización del agua, etc. De acuerdo a unos estimados los daños a los ecosistemas representan pérdidas económicas anuales de 68 mil millones de dólares. A este paso, de acuerdo al Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), para 2030 la humanidad estará consumiendo anualmente el doble de los recursos que el planeta produce. Conclusión El escenario económico tiene un gran impacto en el escenario económico y en el cultural y viceversa. Sin embargo, queda claro que la actualidad económica está acelerando el deterioro ambiental y social. Como decíamos al principio, la globalización quizá no sea el cáncer, pero es el factor de crecimiento tumoral al sostener e intensificar las actividades que calientan al planeta, acaban con selvas y bosques, monopolizan el uso del agua y erosionan la biodiversidad en lo que ya se da en llamar la sexta oleada de extinciones. Es capital entender esto para informar nuestras decisiones como consumidores. Creo que queda claro que es necesario elevar la estima pública de los valores opuestos al consumismo como la sencillez, la frugalidad y el aprecio por la naturaleza de la que formamos parte.
El siguiente documento que proponemos es una lectura larga pero amena, que ilustra una forma en que la economía pudiera funcionar de una manera radicalmente diferente. A este sistema se le ha dado el nombre de “capitalismo natural” y sus autores son los mismos del material propuesto.
Documento: Capitalismo natural

La lógica industrial y de consumo que sigue la humanidad desde mediados del siglo veinte implica una extracción elevadamente innecesaria de recursos naturales, y una generación igualmente excesiva de residuos. Nos referimos a la llamada obsolescencia programada. El siguiente documental nos expone está práctica innecesaria y dañina. El documental es un tanto largo pero interesante y ciertamente relevante para lo que se ha expuesto en esta unidad. Si no dispones del tiempo para verlo de un tirón, puedes verlo en etapas.





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